El dolor al igual que la cefalea con sus diferentes sinónimos: cefalgia, jaqueca, migraña, hemicránea, que simplemente traducen dolor de cabeza, tiene origen en cuanto tiene origen la humanidad, y es una de las causas más frecuentes de consulta a los servicios de urgencias y por ende de consulta neurológica. Así como la mayoría de los dolores de cabeza son de fácil resolución y de pobre compromiso vital, es importante reconocer aquellos síntomas asociados al dolor de cabeza que merecen atención y consulta inmediata al médico.
En el 2004 el Comité de la Sociedad Internacional de Cefalea (IHS) clasificó las cefaleas por su origen en primarias y secundarias. Las cefaleas primarias se caracterizan por ser de duración variable, se repiten cada cierto tiempo, no van acompañadas de otras enfermedades y hasta cierto punto son benignas, aunque pueden llegar a ser incapacitantes por su intensidad y frecuencia. Entre estas tenemos la cefalea tipo tensión y la migraña que son las más frecuentes.
Las cefaleas secundarias están asociadas a otras enfermedades o alteraciones orgánicas. Por ejemplo las cefaleas que se presentan después de un trauma craneoencefálico, asociadas a tumores o hemorragias cerebrales, uso de sustancias toxicas, infecciones, ya sean del sistema nervioso central o de otros órganos, e incluso las cefaleas asociadas a enfermedades psiquiátricas, entre otras.
Cada tipo de dolor de cabeza ya sea primario o secundario tiene sus propias características, duración, síntomas asociados y tratamiento respectivo.
Una de las cefaleas más frecuentes de origen primario es la migraña que en múltiples ocasiones por su intensidad requiere visita al servicio de urgencias para el tratamiento de los síntomas incapacitantes que caracterizan este tipo de dolor de cabeza. Entre estos síntomas encontramos: dolor del medio lado de la cabeza tipo pulsátil, de severa intensidad, que aumenta con la actividad física y que es acompañado de náuseas y/o vómito, fobia a la luz y el ruido.
El tratamiento para el dolor agudo de la migraña busca desaparecer los síntomas y sobretodo mejorar la discapacidad funcional que produce la intensidad del dolor, que en ocasiones requiere el suministro de analgésicos por vía endovenosa. También es importante conocer que para disminuir la frecuencia e intensidad de dicha cefalea a largo plazo existe un tratamiento diario continuo por un lapso de 3 a 6 meses (profiláctico), para lo cual se debe consultar al neurólogo.
Como se mencionó al inicio de este escrito, la mayoría de las cefaleas son de carácter benigno, sin embargo existen ciertos síntomas y condiciones asociadas al dolor de cabeza que son signos de alarma para consultar de inmediato a urgencias, por alto riesgo de comprometer la vida, entre los cuales se encuentran los siguientes:
• Dolor de cabeza acompañado de fiebre
• Dolor de cabeza que no mejora con los analgésicos orales convencionales
• Disminución de la fuerza de alguna extremidad
• Alteración en el lenguaje
• Alteración en la visión
• Que aparezca de un momento a otro con una intensidad severa
• Dolor de cabeza que despierte
• Cambios en las características o severidad de una cefalea ya conocida
• Cefalea con alteración súbita o progresiva del estado de conciencia
• Dolor de cabeza que aparezca después de los 50 años
• Dolor de cabeza en pacientes con VIH-SIDA o cáncer
• Dolor de cabeza intenso que no mejora en mujeres embarazadas
Por último, es de anotar que las cefaleas persistentes requieren atención médica para descartar un origen secundario que requiera manejo adicional. Dentro de los estudios es conveniente la realización de imágenes cerebrales, ya sea Tomografía cerebral simple (TAC)o Resonancia magnética cerebral simple (RMC).