Uno de los accidentes frecuentes que atendemos en los servicios de urgencias pediátricas, son las quemaduras. Se presenta en la mayoría de casos por imprudencia de los cuidadores de los niños. Dentro de las causas más frecuentes tenemos las quemaduras solares, con agua caliente para el baño, con vaporizadores, la caída del vaso o taza con líquidos calientes, el accidente al acercarse a las estufas, contactos con planchas, cables, secadores de pelo, con químicos utilizados para el aseo y otras menos frecuentes cuando se presenta incendio en la casa.
Las quemaduras en los niños tiene un valor crítico mayor que en el adulto, por varios factores: las diferentes proporciones en cuanto área de superficie corporal, la piel es de menor espesor, ocasionando lesiones más profundas y severas.
Las quemaduras se clasifican en leves, moderadas, severas o críticas, dependiendo de su extensión y de la profundidad, y se clasifican en primero, segundo y tercer grado. Primer grado son las quemaduras que aparece un color rojizo en la piel (eritema), las más frecuente es la quemadura solar. La de segundo grado aparece el eritema y ampollas de diferentes tamaños (flictenas), es muy dolorosa y en las de tercer grado la piel se presenta pálida, acartonada y no hay dolor a la palpación. En niños y especialmente en lactantes, la gran mayoría de quemaduras deben ser valoradas por el pediatra.
Recuerde:
“Que el mejor tratamiento para el paciente quemado es la PREVENCIÓN”