Uno de los accidentes frecuentes que atendemos en los servicios de urgencias pediátricas, son las quemaduras. Se presenta en la mayoría de casos por imprudencia de los cuidadores de los niños. Dentro de las causas más frecuentes tenemos las quemaduras solares, con agua caliente para el baño, con vaporizadores, la caída del vaso o taza con líquidos calientes, el accidente al acercarse a las estufas, contactos con planchas, cables, secadores de pelo, con químicos utilizados para el aseo y otras menos frecuentes cuando se presenta incendio en la casa.
Las quemaduras en los niños tiene un valor crítico mayor que en el adulto, por varios factores: las diferentes proporciones en cuanto área de superficie corporal, la piel es de menor espesor, ocasionando lesiones más profundas y severas.
Las quemaduras se clasifican en leves, moderadas, severas o críticas, dependiendo de su extensión y de la profundidad, y se clasifican en primero, segundo y tercer grado. Primer grado son las quemaduras que aparece un color rojizo en la piel (eritema), las más frecuente es la quemadura solar. La de segundo grado aparece el eritema y ampollas de diferentes tamaños (flictenas), es muy dolorosa y en las de tercer grado la piel se presenta pálida, acartonada y no hay dolor a la palpación. En niños y especialmente en lactantes, la gran mayoría de quemaduras deben ser valoradas por el pediatra.
Si usted considera que la quemadura es de primer grado, debe alejar al niño de la fuente de calor, quitar la ropa inmediatamente y aplicar agua fresca sobre el área de la quemadura, o colocar compresas limpias y frías (no heladas), y cambiarlas cada 5 minutos. NO aplicar ninguna crema, ni remedios caseros sobre el área de la quemadura.
Si la quemadura es de segundo o tercer grado, realice el mismo manejo que se usa en primer grado, cubra al paciente con una sabana y solicite ayuda inmediata para que sea llevado a un servicio de Urgencias.
Si la quemadura se produce por un incendio, retire la ropa que esta ardiendo y arrope al niño con una cobija o sabana y salga lo más pronto posible del lugar. En las quemaduras de origen eléctrico: asegúrese antes de tocar al niño que no este en contacto con la fuente de electricidad, de lo contrario usted puede recibir la descarga eléctrica.
El niño quemado debe ser llevado al servicio de urgencias para que se realice una valoración adecuada. Muchas de las complicaciones se presentan por la demora en iniciar el tratamiento específico, especialmente cuando las quemaduras son de una extensión mayor al 10% y que requieren reposición inmediata de líquidos endovenosos.
Asegurase de la temperatura del agua antes de ingresar el niño a la ducha o a la tina; probar los teteros antes de suministrarlos; alejar pocillos, tazas con bebidas calientes y si utiliza humidificadores asegúrese que sea con agua fría, si es caliente permanezca al lado del menor.
Almacene los productos químicos en lugares seguros y fuera del alcance los niños, coloque tapas en los tomacorrientes. No utilice calentadores de ambiente si el niño va a permanecer solo, no deje planchas conectadas, no utilice velas sin supervisión de un adulto, no deje jugar a los niños en las cocinas.
Recuerde:
“Que el mejor tratamiento para el paciente quemado es la PREVENCIÓN”